Ouch
Como mi cuerpo de 24 años reales pero 33.5 años aparentes (según un test de esos que mandan de cadenita) está enfermo de hueva y lo que esto acarrea, decidí comprar una bici en abonos y moverme cuanto me sea posible en ella (aparte que así no gasto en gasolina).
Ayer me la dieron y estaré retecontento mientras ocupe mi mente en imágenes de mí en la bici con el viento en la cara y un perrito chingüengüenchón persiguiéndome amigablemente, porque traigo un dolor de culo que no mamen, así gacho; y eso que me cambiaron el asiento quesque a otro más cómodo con gel y la chingada y de todas maneras siento como si un transformer me hubiera dado una patada en el orto.
Total que ayer y hoy me moví en esa madre y me di cuenta de como somos culeros todos los que traemos carro (casi todos, ahora es un carro por persona y no por familia) porque nos valen verga los demás mientras nosotros lleguemos en chinga a donde vamos y pisemos el freno lo menos posible, aún si esto significa pasarse los altos sin importar que un guapo ciclista se cague en los calzones y vea su vida pasar frente a sus ojos después de un encuentro cercano con la muerte.
Muchachos, ¡Aguas con los ciclistas!
Happy Cycling - Boards of Canada
Que tan padre andar en bici.
no hay cosa mas sexy que un chico montando una bicicleta
owww so adorable
y te llueva bien tantito un dia para que sientas la brisita del agua :).
ya vas a andar de wila en bicicleta? que extraño eres javier! jeje. lo amo mijo
jelow, pues me tope con su blog con eso de q rangel lo tiene y uno q se pone de chismosa jaja q ondas yeei todo pedito q bello que se sentira andar pedo y con bici.. seria algo q deberas de platicar al rato jejeje saludos joven yeeei
hijole la 2nda vez q tome en mi vida me senti tan mal moralmente que me monte a las 6 am en una bicicleta y pues a pedalear por las calles Camargo, siendo esto mi mayor pavor puesto que hacia 6 anios me habia caido de una bici y me corte bien feo y por lo tanto tengo una cicatriz en mi ceja... para que Dios me perdonara me monte en mi mayor miedo
Óyeme, ¿qué hay de malo con los treinta?
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