Reglas de urbanidad para el Chihuahua de hoy

Mi morra posteó en su blog una lista de reglas de urbanidad sacadas de la Enciclopedia Everest Para El Hogar las cuales me parecieron fuera de época y no adecuadas para el México (o mejor dicho el Chihuahua) de hoy, así que me di a la tarea de adaptarlo al nuevo milenio.

Las reglas originales fueron las siguientes:

1. Si hay algún niño, miremos bien donde lo ponemos para evitar que vierta la salsa sobre el vestid de una señora o interrumpa las conversaciones con preguntas intempestivas.

2. No se bebe "el vino" echando la cabeza hacia atrás como si estuviéramos pegados a la copa y evítese hacer glú-glú al tragar.

3. Procurar no llevarse a la boca más que la cantidad que se pueda comer de una sola vez. No hacer ruido al sorber, ni siquiera porque esté caliente.

4. No visitéis a un hombre, si os consta que está solo en casa; podrían criticaros.

5. Con el pan no se debe limpiar el plato por muy rico que nos sepa lo que nos han presentado.

6. Si se rompe una copa, por valiosa que sea, el ama de casa no desesperará, sino, por el contrario, procurará quitar importancia a lo sucedido.

7. Leer y comer, no; pues podría ocurrirnos meter la cuchara en donde no se debe.

La adaptación fue la siguiente:

1. Si hay algún niño, miremos bien de donde lo amarramos para que no pueda morder a los que vayan pasando o alcanzarlos con un gargajo.

2. No se pistea la caguama echando la cabeza hacia atrás, pues nunca se sabe quién la puede empujar pegándonos en el hocico.

3. Procurar no tragarse toda la Don Perro de un chingazo, aunque te quepa toda en el hocico (la Don Perro). No hacer ruido al sorber, ni siquiera por estar enchilado.

4. No visitéis a una menor de edad, a menos que esté sola en casa y no haya peligro de que alguien llegue; podrían madrearos.

5. La tortilla es mejor que el Scotch-Brite.

6. Si se rompe una botella, por menos cerveza que ésta haya contenido, se humillará al baboso que la tiró con aplausos y chiflidos. Puto el que no.

7. Leer y comer, no; comer y coger... menos. Podría ocurrirnos meter la cuchara en donde no se debe, y peor aún, regresarla a la boca.

This entry was posted by Javier, on Wednesday, September 24, 2008. You can leave your response.